¿Qué tan asertivo, con capacidad para escuchar y empático es tu líder? No siempre tenemos al lado al jefe con el que soñamos y claramente no es tan sencillo entablar una relación cerca. Pero, hay conversaciones difíciles que debemos afrontar con valentía. Si bien no tenemos una fórmula secreta para el tema sí podemos contarte cuál es la clave a la hora de conversar.
Es importante que entiendas con claridad cuál es el objetivo de la charla y qué quieres lograr: un aumento salarial, solicitar tiempo dentro del horario laboral para estudiar, hablar sobre la relación entre los dos, comunicar un malestar, entre otros.
¡Toma papel y lápiz para preparar tu mensaje!
Ten presente el objetivo que tienes e identifica qué argumentos te permiten darlo a entender y conseguir el resultado esperado. Si es comunicar un malestar laboral haz una lista de las acciones que lo ponen en evidencia, por ejemplo: si no te sientes incluido en el equipo ¿cómo se refleja en el día a día? no te invitan a reuniones, no estás enterado de los proyectos o no sientes que recibes una retroalimentación clara. Repite un par de veces el mensaje si vas a realizarlo de manera verbal, que es la más indicada, o dale una doble revisada al texto que vas a enviar.
Como se trata de una conversación existen dos o hasta tres partes, es importante que escuches la opinión de los demás sobre el tema y cómo entienden y viven la situación. Si la razón por la que no se te incluye es porque no has tenido disponibilidad o tal vez creían que no querías hacer parte del proyecto. La clave es hablar de manera respetuosa y abierta a la escucha, no se gana nada si solo se envía un mensaje.
Piensa qué puedes proponer para mejorar, cómo cambiar la situación, porque al final el malestar se refleja en tu trabajo. Ten la intención de escuchar, mantén en control tus emociones y busca cómo hablar sobre el malestar sin que se pierda de vista la cordialidad y la parte racional, que es fundamental en estas conversaciones. Recuerda que todos los elementos enlistados deben reflejarse en el tono, los gestos y la manera en la que dices las cosas.
Finalmente, plantea acuerdos que puedas cumplir para mejorar en esta área y pide también que se creen compromisos del otro lado. Ésta es la clave para que la conversación tenga una trayectoria y se evidencie una mejoría emocional sobre el tema.
No esperes más para tener una conversación difícil: ¡afróntala con valentía!
Te dejamos un gran documento en el que encontrarás más tips para tener una buena relación con tu jefe.